lunes, 7 de noviembre de 2011

La otra crónica

Tomás Martínez hijo, Salvador Antón, Leticia Alenda y Francisco Amat
El sábado por la tarde, me acerqué con mi hijo a Aspe para ver la última sesión del memorial Tomás Martínez y así es como yo lo vi.

Me gustaría contar esta experiencia dejando de lado la parte deportiva y centrándome más en la visión como padre; de la parte deportiva, como ya ha comentado Eva, tenéis la crónica en la web del Club.

Había habido una primera sesión por la mañana a las 10:30h a la que no asistí. La segunda sesión daba comienzo a las 17:00h, y como en mi caso, no tenía que competir mi hijo, apuramos bastante la hora de llegada. Era la primera vez que iba a esa piscina y tras hacer varias eses siguiendo los carteles “A LAS GRADAS DE LA PISCINA” di con las mismas, menos mal que a alguien se le ocurrió ponerlos…


Zona reservada para el CTE, esta es la 1ª foto
Las gradas realmente no son gradas como estamos acostumbrados en el Esperanza Lag, esto lo digo para que sepamos apreciar lo que tenemos, las gradas son tres filas de sillas de plástico puestas sobre una moqueta roja en la misma playa, vamos, que estábamos a menos de dos metros del agua. Las situadas más cerca de los poyetes, tenían un cartel indicando que estaban “RESERVADO CLUB TENIS ELCHE” y estaban ocupadas casi todas, afortunadamente para mí.

Menuda cámara
Me senté pensando en que era raro que las libres fuesen las de la primera fila y no las de la última, pero no tardé ni dos minutos en averiguar por qué. Me siento, saco la cámara, me voy a la esquina y hago la primera foto, tomo asiento la visualizo y veo que es horrible, el cambio de temperatura había hecho que se empañase la lente, y justo en ese momento un nadador salta y ¡zas! Dos enormes gotas de agua me arruinan el filtro polarizado ¡genial, no podía empezar con mejor pie mi primer reportaje fotográfico! Y para colmo de mis males, pasa por delante de mí un fotógrafo profesional con un equipo de una cantidad de euros que me da miedo pensar, en fin que me relajo y paso de obsesionarme con la cámara para centrarme más en el entorno.

Por megafonía anuncian que ha terminado el calentamiento y que deben abandonar el vaso (playa, poyete, vaso, estoy hecho un maestro en esto de la natación jejejeje). El caso es que va a dar comienzo la competición y no tengo las hojas ni veo posibilidad de conseguirlas, en mi vida he estado tan perdido en una competición, ¡uff!

Carlos Vives en el agua y Rocio a la espera de su turno
No recuerdo ni las pruebas que se  disputaron, ni mucho menos el orden, lo que sí recuerdo es a los padres SUFRIENDO y de qué manera. Viendo las hojas de los resultados, creo que la primera prueba fue el 400m. Estilo masculino. De esta prueba lo que más recuerdo, sin duda, es a Carlos Vives. Todo el mundo en el club, y fuera de él, lo conoce, pero verlo nadar y desde tan cerca…, lo cierto es que impone, me imagino que para el resto de nadadores debe ser “difícil” nadar con él y más si no ha venido a pasearse, como fue el caso, primera prueba que lo veo nadar y bate el record de la prueba, que era suyo de la edición anterior, pasando de 4:24.61 a 4:23.39, como diría Jesulín: ¡IIIIMMMM PRESIONANTE!

Después de esta prueba, estaba el 400 m. Estilo femenino, con nadadoras hijas de padres que ya conozco, es el caso de Rosa y Tano, padres de Rocío. En toda competición los padres estamos SIEMPRE mucho más nerviosos y preocupados que nuestros hijos, lo que pasa es que la edad nos hace saber disimularlo mejor.
Rocío no salió bien y rápidamente se quedó rezagada, el ambiente era frío, llevábamos muy poca competición y la grada todavía no se había animado, yo miraba a sus padres y veía lo mal que lo pasaban, no decían nada, pero otra madre enseguida salió a animarles, empezó a gritar ¡Rocío, vamos Rocío! ¡No se os oye Tano! Y estos se levantaron y empezaron a animar a su hija con la devoción que sólo un padre/madre puede poner en ello y no tendrá nada que ver, ¿o sí?, el caso es que Rocío reaccionó y terminó su serie en tercera posición, lo que fue todo un regalo para sus padres, me emociono al recordarlo.

No todo es padecer, también nos reímos
La siguiente prueba que recuerdo fue el 400m. Libre femenino, en la primera serie o la segunda, nadaba la hija de la mujer que estaba a mi lado, no la conocía, pero eso no importaba, allí todos sabemos que somos padres sufridores por nuestros hijos, pero también orgullosos de los mismos, Irene, creo que es su hija. Me contaba como su hija se tiraba a la piscina desde que tenía 5 años mientras las demás niñas lloraban porque no querían mojarse, y con ello, me estaba demostrando que todos los que estábamos allí teníamos mucho en común aunque no nos conociésemos de nada, cuantas veces no he contado yo una historia parecida a mis amigos sobre mis hijos, me reconforta ver que no soy el único que hace estas cosas jejejeje.

Irene salió bien y estuvo toda la prueba entre las tres primeras, pero no importaba, la madre sufría igualmente. “Ha nadado esta mañana el 200, tiene que estar cansada”, “seguro que no aguanta, la pobre es de las más pequeñas”, “el 400 es mucho para ella, ella es de 200”, pero no fue así, no lo recuerdo bien, pero hizo primera o segunda de su serie y además salió del agua mirando a su madre y diciendo “no estoy cansada, no estoy cansada”, para mí, Irene con su frase estaba demostrándome algo en lo que nuestros hijos no suelen creen, ni los entrenadores ;-), que es que en determinadas situaciones sabemos perfectamente que están pensando nuestros hijos y lo vivimos/sufrimos igual que ellos.

Hubieron muchísimas otras pequeñas historias, al menos, tantas como padres habíamos allí, pero también hubieron de otra índole, como la pequeña anécdota de la chica joven que pidió una silla que estaba vacía y se le dijo que sí pero que no podía sacarla de la moqueta, la chica miró desconcertada, pero cogió la silla y se la llevó dos metros más allá de la misma, inmediatamente se acercó un hombre que estaba junto a ella diciendo que era la Concejala de Deportes de Aspe.
Pódium relevo femenino

Pódium relevo masculino
Bueno termino la crónica que se está haciendo demasiado extensa, gracias Amat por insistir para que fuese, gracias José  por tus palabras cuando me marchaba y gracias a todos los padres por ser tan auténticos.

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